En un reportaje realizado por Mariela Mejia para el periódico Diario Libre se compara los diferentes aspectos que vinculan los bienes y servicios a los que accede la población con los de la región.

De acuerdo a lo publicado en diario, para agosto de este año, las Naciones Unidas estipulaba un viático diario de US$272 para su personal que viajaba a la capital dominicana. En la lista del Daily Subsistence Allowance (DSA), Santo Domingo era en ese mes la quinta capital que resultaba más costosa a los viajeros de la organización, de 22 capitales de la región (incluido Puerto Rico como territorio dependiente).

El monto estipulado abarca porcentajes extras a lo necesario para gastos de hotel y alimentación, y los cálculos para los viajeros con destino a Santo Domingo solo estaban superados por Caracas (US$419), Buenos Aires (US$380), Ciudad de México (US$339) y San Juan (US$304).

De acuerdo a datos publicados en julio pasado por BBC Mundo, recogidos de la firma multinacional Baker & McKenzie, República Dominicana y Perú comparten el cuarto lugar en una lista de países de América Latina con los más altos porcentajes de Impuesto al Valor Agregado (IVA). Se destacó que el país tiene 18 % cuando el promedio mundial es 15 %.

Los costos de vivir en República Dominicana son sentidos en diferentes estratos. La Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera de la República Dominicana, realizada en agosto de 2014 por el Banco Central a 2,313 hogares, arrojó que el 76 % de las familias cuyos ingresos son inferiores a RD$8 mil mensuales, no lograban equilibrar sus entradas con sus gastos en un mes.

Igual ocurre con los de ingresos medio bajos (RD$8 mil-RD$18 mil), en los que el 68 % no cerró el mes en equilibrio.

Ante el déficit en la economía familiar, el 33 % de los encuestados recurrió a las deudas para cerrar el mes, estando entre los mecanismos más utilizados el “fiado” y los préstamos a relacionados y usureros.

Un ejemplo de lo anterior es el hogar de Esperanza Yean, una empleada privada. Los ingresos mensuales que ella y su esposo aportan a la familia rondan los RD$22 mil y no les alcanzan. “Cuando el mes se está terminando, cerca del cobro, hay que coger prestado a cualquiera, a un vecino, a veces hasta en el trabajo”, dice.

Por un tiempo Esperanza vendió zapatos por catálogo para completar los gastos. Al igual que ella, otros recurren al pluriempleo para cubrir el presupuesto.

La falta de ingresos se refleja en la nueva escala de salario mínimo que entró en vigencia el pasado 1 de junio. En la resolución 1-2015 del Ministerio de Trabajo, uno de los sueldos mínimos es RD$7,843. El Banco Central establece que para julio el costo de la canasta básica más económica (quintil 1) era RD$12,659.75, significando RD$4,816.75 más que dicho salario mínimo.

Los resultados del estudio Concentración de Mercado República Dominicana, realizado en 2014 por la Dirección General de Impuestos Internos, concluyen que según los estándares internacionales, el 30 % de los mercados en el país se agrupan en la escala de alta de concentración, el 13 % cae en la escala de concentración moderada, y el restante 57 % en no concentración. “A mayor concentración de mercado se observa una mayor rentabilidad de la actividad económica”, indica el análisis.

crecimientolaboralGastos extras en servicios

La deficiencia en los servicios suma gastos a las familias que deberían ser provistos por el Estado. El informe “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, publicado en 2013 por el Banco Mundial, destaca la “conducta adaptativa” que sigue la clase media en República Dominicana, que se mantiene en la actualidad.

Cita la fuerte dependencia de los generadores domésticos de electricidad, los pozos cavados para conseguir agua corriente en el hogar, y el uso de empresas privadas para informar sobre accidentes de circulación y para acceder a servicios de educación y salud.

La publicación destaca que “la necesidad de cargar las baterías de los inversores representaba el 63 % del consumo promedio de electricidad de un hogar de ingresos medios (453 kilovatios/hora al mes), y aproximadamente 246 gigavatios/hora al mes se consumen solo para alimentar la capacidad individual privada de autogeneración”. La Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples 2013 reportó que el 23.5 % de 26,147 viviendas en el país tenía un inversor.

Diana Mendoza, una arquitecta de clase media, sobrellevó los gastos que indica el Banco Mundial cuando vivía con su familia en Santo Domingo. Tras mudarse en 2012 a la capital de México, notó que su presupuesto disminuyó, a excepción de la renta que allá es más cara. De tener gastos fijos que rondaban los RD$30 mil, en la nación azteca se redujeron en 40 %.

“En México hay muchos bienes y alimentos producidos en el país que son de consumo local y más baratos, esto ayuda a que no haya que importar mucho de los artículos de consumo diario y eso baja los precios, además el costo del petróleo es más barato porque México lo produce”, dice Diana.

Recuerda que el subsidio a la energía eléctrica por parte del Gobierno mexicano motivó a que solo pagara una tarifa mínima cada dos meses. Indica que como funciona mejor la Atención Primaria, los servicios de salud pública están más organizados. A diferencia del caótico transporte público dominicano, destaca que en México es variado y económico.

En República Dominicana se mantiene un pago de ITBIS de 18 % en la factura telefónica, 2 % como Contribución al Desarrollo de las Telecomunicaciones y 10 % de Impuesto Selectivo al Consumo. En México, Diana solo pagaba 16 % de impuestos.

Cuando salía a un restaurante le cobraban 16 % por concepto del IVA y la propina era voluntaria. En República Dominicana se factura 18 % de ITBIS más 10 % de propina.

La carga de los combustibles

Para comparar el nivel de costos de la economía dominicana con otros países de la región, un bien común como la gasolina arroja consideraciones a valorar.

Si se contrasta el precio vigente en el país del galón de gasolina para el pasado 24 de agosto con la tarifa pautada en 22 países libres o dependientes de la región, República Dominicana era el cuarto con el combustible más caro.

La posición se desprende al analizar las cifras que compila la página web Globalpetrolprices.com, un portal que han tomado como referencia medios como The Washington Post y Bloomberg, y el Fondo Monetario Internacional.

El sitio digital promedió para esa fecha US$4.66 por galón de gasolina en República Dominicana, cifra superada por US$5.58 en Uruguay, US$5.18 en Argentina y US$5.02 en Cuba. A Haití se le calculó US$3.26.

En ese entonces, el galón de gasolina premium en República Dominicana costaba RD$213.50, y el 40 % de este precio correspondía a impuestos.

Para la presente semana el Gobierno hizo una rebaja “sustancial” al precio del galón de combustible de hasta RD$11.60. Esto solo motivó a que el país, con US$4.37 en promedio, bajara al sexto lugar al comparar los precios al 31 de agosto.

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Una visión interior sobre el porqué del costo

Una visión interior sobre el porqué del costo

Para responder inquietudes sobre el costo de la vida en el país, Diario Libre le hizo tres preguntar al analista financiero Luis Veras, portador de la designación profesional Chartered Financial Analyst (CFA) y socio-fundador de Collega Capital.

P. ¿Qué implicaciones tienen para la economía familiar los gastos en servicios que deberían ser provistos a nivel público como salud y educación?

R. Esto reduce el ingreso que queda disponible para otras necesidades y actividades de la familia. Como resultado, la familia dominicana consume menos bienes y servicios que los que podría consumir si existiese un esquema de salud universal, lo cual hace que la economía sea menos dinámica, y con menos crecimiento, de lo que fuera de la otra manera. Estas implicaciones macroeconómicas, a su vez, repercuten en la economía de cada núcleo familiar, pues al haber menos actividad económica tienen menos posibilidades de incrementar sus ingresos.

P. Si el país exhibe un crecimiento económico superior en la región, ¿por qué no se percibe igual en el bolsillo?

R. El problema está en que un mayor crecimiento trae consigo mayor diversidad de bienes y servicios disponibles en esa economía. Esto, a su vez, incrementa la competencia, así como los esfuerzos por convencer al consumidor sobre la necesidad de tales nuevos productos. La integración global y los medios de comunicación contribuyen en esa dirección. Como resultado, el individuo percibe la presión disfrazada de necesidad, por incorporar nuevos productos y servicios a su vida diaria. Consecuentemente, aquellos individuos que sí han percibido ingresos adicionales consumen dicho ingreso en tales nuevos bienes, y quienes no han podido incrementar sus ingresos, sienten la privación de esos nuevos productos que la sociedad les obliga a querer tener, llevándolos, en algunos casos, a endeudarse para tenerlos. Indistintamente de la situación, el resultado es ese sentimiento de carestía que genera el no tener suficiente.

P. ¿Cuáles políticas se pueden implementar para reducir los costos alternos que implica vivir en República Dominicana?

R. El progreso económico no se logra mediante la reducción de los costos de vida. Si esto se hiciera, disminuyera la actividad económica. Por lo tanto, los esfuerzos por mejorar la calidad de vida de los dominicanos debe tratar de perseguirse por el lado de un crecimiento orgánico y sostenible. Las políticas deben enfocarse en incentivar el emprendurismo y el comercio, ayudar a financiar a las Mipymes, motivar la inversión extranjera, intensificar aún más los esfuerzos en vender la marca-país, y crear una estructura social (capital humano) que pueda capturar ese crecimiento, ayudando a la población, sobre todo a la más marginada, a estar mejor educada y capacitada para participar en el tejido productivo de la sociedad.