Siempre se resalta lo indispensable que es la figura materna en los primeros años de vida de un niño; debido a que cuando un bebé nace existe una relación muy intensa madre-hijo, pues este depende de ella para sobrevivir. Sin embargo, la presencia de papá también juega un papel estelar, no solo dentro del hogar, sino en todos los escenarios donde se desenvuelve el infante, explica la psicóloga Denisse Reyes, del Centro de Psicología y Terapia Familiar Ser Para Actuar.

Los niños comienzan a desarrollar su sentido del “yo” desde que son bebés. Ellos asimilan el tono de voz, el lenguaje corporal y las expresiones de sus padres, lo que tiene un impacto en el desarrollo de su autoestima más que ninguna otra cosa. 

Reyes indica que para los hijos, su padre es un referente de identidad masculina, el cual toman como modelo para ir definiendo su forma de ser, de actuar, sus intereses, su identidad sexual y su forma de ver el mundo, entre otros.

La relación de pareja de la madre y el padre también será un patrón de referencia en la futura relación amorosa de sus hijos, manifiesta la especialista en terapia familiar. 

Por otro lado, Reyes dice que cuando se instaura una significativa relación entre el niño y el padre, el infante aprende a valorarse y a comprender mucho mejor el mundo que le rodea.

“El padre es el primer amor verdadero de los niños, ya que por primera vez experimenta un fuerte sentimiento hacia él”, subraya la especialista.

Reyes resalta que aunque ambos progenitores, en especial, el padre, hayan perdido gran parte de su poder e influencia, debido a las transformaciones de la sociedad y de la estructura familiar, Reyes asegura que sus roles y enseñanzas siguen siendo fundamentales e insustituibles. Señala que la sociedad y la escuela pueden preparar futuros médicos e ingenieros; pero, en ningún caso, podrán transformar ni un sólo niño en un futuro cónyuge satisfecho o en un futuro padre feliz.

Con relación a esto, hay investigaciones que confirman el importante papel que tiene el padre para orientar a los hijos en la adquisición de un preciso rol sexual. Por ejemplo, el padre, más que la madre, tiene hacia los hijos, comportamientos diferentes en base a su sexo, mostrando más afecto con las niñas y sometiendo a los varones a una disciplina más rigurosa. 

“Los hijos varones aprenderán el propio rol sexual sólo si su relación con el padre fuera satisfactoria y cálida. En cuanto al desarrollo de la niña, el padre más que la madre, animaría a la hija hacia modelos y comportamientos apropiados a su sexo”, comenta. 

En caso contrario, Reyes asegura que la ausencia del padre deja al niño atrapado en la mirada materna y sin una visión continua de sí mismo en el tiempo. Muchos estudios psicológicos hablan sobre los efectos devastadores en el desarrollo, tanto del niño como de la niña, con el solo hecho de que papá no esté presente.

Por lo tanto, afirma que los niños que crecen con padres ausentes son más propensos a desarrollar problemas de conducta y de personalidad a lo largo de su vida; se sienten solos, muestran falta de atención y bajo rendimiento escolar. 

Cuando el infante no recibe la debida atención de su progenitor, este puede asumir que existe una indiferencia; si esta situación se mantiene durante su crecimiento, este sentirá que no es importante para su hijo, lo que le provocará falta de seguridad y vacío.

Del mismo modo, tienen dificultad para lograr un vínculo sano en las relaciones interpersonales, y no adquieren una visión del mundo más integrada; además, son más propensos a abusar de sustancias prohibidas, al suicidio, la depresión y la ansiedad. 

“Estos tendrán grandes dificultades para reconocer sus valores, debido a la falta de su padre; mientras que las niñas tienen aún más dificultades para aceptarse y establecer una relación feliz con un hombre, si su padre no la ha amado y valorizado como niña”, puntualiza Reyes.

Reyes aconseja a los padres esforzarse en mantenerse dentro del hogar o cerca de la vida de su hijo, para que así pueda influenciarle de manera positiva.

Aclara que si el papá no está presente (por fallecimiento o separación), no significa que no haya existido, o que no esté presente de alguna manera en el pensamiento del niño. En ese sentido, se debe rescatar los aspectos positivos de la relación que existió entre el niño y su padre, y tratar de fortalecer el lazo entre otras figuras adultas masculinas, que puedan ser significativas para el niño o niña. Igualmente, hay que vincular a los niños con una figura sustituta, como tío, primo, abuelo.

Importante
Una relación negativa entre figura paterna y niño desencadena una personalidad regida por el estrés, así también altera la habilidad del niño de confiar en otros, sobre todo en las relaciones amorosas.

 

Fuente: http://www.elcaribe.com.do/2017/07/26/papa-figura-vital-para-desarrollo-los-ninos