Quienes quieren dejar de fumar comienzan un camino que puede parecer difícil, pero en realidad no lo es en comparación con los problemas que presenta la adicción a la nicotina. Desde la salud propia a la de los hijos, desde la enfermedad hasta el presupuesto para las vacaciones, desde el color de los dientes hasta la fertilidad, abandonar para siempre el cigarrillo impacta de manera positiva numerosas cuestiones en la vida de una persona.

• Aumenta la expectativa de vida: en promedio, se suman de 10 años.

• Disminuye el riesgo de cáncer: el tabaquismo  está asociado a numerosas formas de esta enfermedad, en particular los cánceres de pulmón, de garganta, de páncreas, vejiga y boca.

• Baja la presión sanguínea: el cigarrillo es causa de hipertensión arterial.

• Se reduce a la mitad la posibilidad de un ataque cardíaco: sólo después de un año sin fumar, el corazón se beneficia.

• Se reduce la incidencia de la enfermedad cardíaca en general, los accidentes cerebrovasculares y las cataratas.

• Se dispone de más dinero: al no fumar las personas ahorran unos USD 2.000 al año.

• Se reduce el peligro de desarrollar diabetes.

• Aumenta la capacidad respiratoria: la función pulmonar mejora un 30% tras tres meses de dejar de fumar. Se respira más fácilmente y se tose menos.

• Se reduce el peligro de sufrir enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y en general infecciones de las vías respiratorias.

• La piel recupera un aspecto saludable: una persona puede lucir más joven y el color amarillo desaparece de sus uñas y dedos.

• Se reduce la ansiedad de ocultar el hábito o pensar dónde se fumará el siguiente cigarrillo.

• Mejora la salud dental y la bucal: ya no se me manchan los dientes.

• Mejora la fertilidad.

• Se recupera el sentido del gusto: la comida sabe mejor.

• Se recupera el sentido del olfato.

• La ropa, los objetos y los ámbitos del ex fumador dejan de oler a humo de cigarrillo.

• Desaparece una causa de los problemas de disfunción eréctil.

• Se elimina una causa de los ronquidos al dormir.

• Se reduce la probabilidad de que los hijos fumen.

• Mejora la salud de la familia, al no estar ya expuesta al humo de cigarrillo (humo de segunda mano) ni a los residuos del tabaco en muebles, paredes, pisos y otras superficies (humo de tercera mano). Esa exposición conlleva riesgos como asma, infecciones respiratorias y alergias.

• Se reducen los conflictos con los seres queridos por el humo en el hogar, el tabaco de segunda y tercera mano.

• Se elimina un factor de bajo peso al nacer: una embarazada que no fuma beneficia la salud de su bebé.

• Aumenta la energía en general.