Hay algo que nos caracteriza a los millennials: lo queremos todo. Queremos trabajar, ir al gimnasio después de la jornada laboral, comprar fruta antes de llegar a casa, quedar con los amigos aunque sea a tomar un café y ver el capítulo de la serie que toque ese día de la semana. Tantos compromisos y tanta energía empleada en cumplirlos todos que, cuando llegamos a casa, solo podemos pensar en dormir.

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Vivimos cansados y pasa factura, en la pareja sobre todo (aunque también tengo un conocido que afirma que ese es el motivo por el que se está quedando calvo a los 25 años). Son varios los casos de este estilo que se dan en mi círculo, desde la preparación para unos exámenes de vuelo, oposiciones o turnos de trabajo incompatibles con la intimidad porque uno tiene jornada de mañana y el otro tiene turno de tarde.

Cuando coinciden casi a medianoche, hora a la que por fin ha terminado la jornada, se encuentra a su novia en el quinto sueño descansando para empezar de nuevo, al día siguiente, a las siete de la mañana. En la batalla entre el sueño y las ganas, el cansancio suele hacerse con la medalla. Y la pregunta que nos hacemos todos, ¿es grave?

Le pese a quien le pese, hay que escuchar al cuerpo. Y si el cuerpo, que es muy sabio, pide descanso, es algo que le tenemos que dar. Pero claro, el cuerpo de tu pareja quiere otra cosa. Pierde la presión a no tener ganas de hacerlo por agotamiento. No es un entrenamiento, debe ser considerado una forma de establecer un vínculo íntimo.

Creo que sería más preocupante si, más que por motivos de cansancio, fuera una falta de atracción por nuestra pareja lo que nos llevara a ese punto. Pero si el interés sigue ahí, y las ganas también están intactas, solo hay que preocuparse por hacerle un hueco. ¿Las claves para retomarlo? Buscar el momento.

Es mejor que encuentres una manera y una frecuencia que os funcione, siempre, por supuesto, abriéndote al respecto. Tu pareja no va a ponerte pegas porque llevas casi 12 horas dando clase a niños de primero de la E.S.O. y solo quieres tomarte la píldora anticonceptiva viendo American GodsQuien bien te quiere, te entenderá.

Puede ser de manera espontánea o previo acuerdo. Hay relaciones en las que, lo de tener un día a la semana, funciona ya que sirve como aliciente y se prepara con especial cuidado el momento. Si lo de escoger uno (o varios) para hacerlo, no va contigo, apuesta por dejarlo para cuando tengáis más libertad de responsabilidades como el fin de semana o una franja horaria concreta.

Además, no siempre tienes que pasar por todas las fases de masaje en la espalda-preliminares-estimulación oral-penetración-cucharita. Puedes cambiar el orden, hacerlo al revés, hacer uno o masturbaros e iros a dormir.
Hay otras maneras de tener intimidad que se reducen a seguir conectando en otros aspectos, algo que también debe ser tenido en cuenta con gestos como salir en una cita romántica, cocinar en pareja, cogerse de las manos, vaguear en el sofá, darse un beso de buenas noches, etc.

Obviamente, si ni con esas eres capaz de encontrar el momento de pasar a la acción con tu pareja, igual debes plantearte ciertos hábitos en cuanto a gestión del tiempo o cómo es tu estilo de vida. A lo mejor puedes dejar tu carrerita de 5 kilómetros para antes de desayunar o es el momento de que, en vez de ducharte en el gimnasio, lo hagas en casa con alguien más haciéndote compañía bajo el chorro de agua calentita. Solo es una idea…

Duquesa Doslabios.

Fuente: https://blogs.20minutos.es/el-blog-de-lilih-blue/2019/03/24/sexo-cansancio-consejos/