Esta dinámica aporta “al sentido de contribución, de que estoy contribuyendo a la calidad de vida y a la dinámica positiva familiar”.

Ayudar a los pequeños a adquirir un sentido de responsabilidad en la realización de tareas domésticas es una meta que debe comenzar en sus primeros años de vida. Claro, lograr que los hijos hagan un alto en su afán por jugar para cumplir con esta encomienda no será fácil. Pero vale la pena mantenerse firme como parte de la misión de encaminarlos por una senda que los ayude a convertirse en adultos independientes y cooperadores.

El Dr. Enrique Gelpí Merheb, psicólogo clínico especializado en niños y adolescentes, explica que esta misión “los ayuda a desarrollar un sentido de pertenencia, que es sumamente importante, especialmente en nuestro país, que como puertorriqueños tendemos a subestimar lo que somos como pueblo”. Sin embargo, “si desde niño le enseño a tener compromisos con la familia, le enseño que pertenece a algo importante”.

A su vez, esta dinámica aporta “al sentido de contribución, de que estoy contribuyendo a la calidad de vida y a la dinámica positiva familiar”. También, a desarrollar un sentido de responsabilidad, de compromiso y de cooperación.

El doctor establece que impartir la rutina de colaborar en los quehaceres del hogar debe comenzarse a los dos años de edad del menor. “Vamos de lo más sencillo a lo más complejo”, menciona. A su vez, resalta que las tareas deben ser apropiadas para la edad y según sus habilidades y etapa de desarrollo, pero de ninguna manera se deben clasificar por género. “Quiero decir que no porque sea varón, el padre debe pensar que no puede fregar o mapear, o porque sea niña, no puede aprender a lavar el carro o cortar la grama”, destaca con firmeza.

En cuanto a los padres que optan por pagar a sus hijos por colaborar en las tareas del hogar, Gelpí Merheb señala que las opiniones de los expertos están divididas. Sin embargo, “en mi caso particular, considero que no se les debe pagar porque ayudar en los quehaceres domésticos es parte del crecimiento y de aprender a vivir en familia. A lo mejor le puedo dar un dinerito por ayudar a pintar la casa, que es algo más complejo, y así motivarlo, pero pagarles por colaborar en familia no me parece apropiado”.

No lo olvides

  • Las tareas asignadas deben ser conformes a la edad del menor, nivel de madurez y etapa de desarrollo.
  • Lo ideal es que el niño las realice con frecuencia.
  • En un principio, no te enfoques en que el menor las haga bien, sino en que cumpla con llevarlas a cabo.
  • Poco a poco, ayúdalo a perfeccionarse con la práctica, sin dejar de elogiar sus esfuerzos.
  • Procura que sean tareas de breve duración para minimizar la resistencia del menor a realizarlas.
  • Supervísalo siempre (aunque sea con disimulo).

Para tener una idea, el psicólogo menciona la siguiente lista de sugerencias:

2 a 3 años 

Recoger sus juguetes, colocar la ropa sucia en su hamper, recoger (no hacer) su cama.

4 a 6 años

 Además de continuar realizando las tareas previas (aplica a cada una de las etapas), recoger la mesa, llevar los platos  a la cocina, ayudar a regar las plantas, doblar toallas.

6 a 9 años

 Ayudar a preparar alguna comida, ir a buscar las cartas al buzón (si es una gestión segura), ayudar a recoger las hojas del patio (amontonarlas).

9 a 11 años

 Hacer una que otra comida sencilla. Limpiar alguna   parte del baño. Sacar la basura.

12 a 14 años

 Lavar un baño por completo, doblar toda su ropa, recoger el patio, ayudar directamente a cortar la grama, lavar el auto.

15 años en adelante

 Pueden pasar la aspiradora, fregar, hacer mandados básicos. Si tiene licencia de conducir, puede ayudar a comprar artículos en el supermercado.

Fuente: primerahora