Diversos conceptos y manuales o puntos de vista médicos, religiosos y sociales, consideran virgen a aquellas mujeres que no han sido penetradas sexualmente y por lo tal conservan su himen intacto. Desde el contexto social, se llama virgen aquella mujer que llega al matrimonio sin haber tenido ninguna relación sexual.

El himen es una delgada membrana elástica que obstruye el paso hacia la vagina y que protege los órganos internos del aparato reproductor femenino. Existen diferentes clases: estos pueden ser tan elásticos que solo se llegan a romper durante el momento del alumbramiento. Los hay también en forma de rejas o muy duros que se quiebran en la adolescencia o infancia al practicar ejercicios o a causa de alguna caída.

El himen puede sangrar durante la penetración, en los primeros contactos sexuales o por lesión accidental. Por otro lado, hay mujeres que carecen de himen.

Investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud en algunos países de la región, como Argentina, Uruguay y Paraguay, señalan que a los 18 años un 65% de chicas ya se inició sexualmente. Estos datos agregan que la mayoría de las jóvenes manifestó que la primera relación sexual les gustaría tenerla con su novio o enamorado; y solo un pequeño porcentaje optó por casarse antes.

¿Cuáles son las razones que llevan a una chica a no tener relaciones sexuales? Algunos motivos están relacionados a que no conciben el sexo sin amor, y porque sienten que todavía no han encontrado al chico adecuado para su “primera vez”. Un mínimo porcentaje afirma que prefiere llegar virgen al matrimonio.

Otra razón para no debutar es el miedo a adquirir alguna infección de transmisión sexual, como el VIH/Sida, u otras enfermedades de índole sexual que retrasa su debut.

Experimentar una relación sexual es cuestión de decisión propia; para ello, quienes deseen ponerla en práctica deben contar con la debida información y conocimiento previo a lo que va a enfrentar y a los miedos lógicos de la primera vez.

Las relaciones sexuales ejercidas con irresponsabilidad y desconocimiento puede conllevar a embarazos no deseados, maternidad adolescente, y que contraiga enfermedades de transmisión sexual.

Desde la perspectiva de algunas religiones, la virginidad es considerada un tesoro inconmensurable que determina la pureza de la mujer; pero con el transcurrir de los tiempos, el modo de pensar ha ido evolucionando y ahora la mujer conoce mejor su cuerpo y ha tomado conciencia que sus órganos sexuales no solo sirven para la reproducción sino para disfrutar su sexualidad, ya sea con una pareja o con ella misma.

Si bien la virginidad está relacionada a un concepto religioso y tradicional, las mujeres deben ser valoradas por lo que son y no por el hecho de tener un himen o no. Es una opción personal que solo le corresponde a la mujer decidir cuándo hacerlo “por primera vez”, sin ser forzada a ello.