No hay madre que no le haya dicho a su hija "vas, pero ¡no te sientes en el váter!" Pero ¿será tan malo como nos lo han pintado desde pequeñas?

En Nosotras no seríamos capaces de decir que sentarse en cuanto baño públicoencontremos es lo más saludable del planeta, pero los mitos populares le adjudican a ese acto toda suerte de cosas negativas, haciendo que la sola idea de que nuestra piel roce la tapa de un váter público nos aterrorice.

Uno de los mitos más populares es que al sentarnos en un baño público corremos el riesgo de contraer infecciones urinarias o vaginales. A eso los especialistas responden diciendo que la probabilidad es realmente reducida, aunque es posible por ejemplo presentar alguna irritación o reacción dermatológica si nos sentamos en un váter que se encuentre realmente muy sucio.

Enfermedades sexuales como el virus de papiloma humano VPH o el VIH no se contagianbajo ninguna circunstancia en estas condiciones, por lo que pueden sentirte completamente tranquila. Sin embargo es importante tomar algunas previsiones antes de sentarnos en un baño público, precisamente por su carácter público. La primera de ella es limpiar bien la tapa con un generoso pedazo de papel antes de sentarnos.

Conviene además que si la persona que lo usó antes no realizó la descarga adecuadamente, lo hagas tú. De esta forma evitas que al realizar tus necesidades las micciones de otras personas puedan salpicarte, algo que sin duda nos da mucho asco y aprensión a todas. Si te hace sentir más segura puedes colocar un poco de papel higiénico en la tapa del váter para asegurarte que tu piel no entre en contacto con la misma.

Siguiendo estas recomendaciones y siendo precavida no hay razón de sentir temor, y es que finalmente los baños públicos (al menos la mayoría) son mejores de lo que pensamos.