El 11 de agosto de 1903 un químico japonés residente de Chicago recibió la primera patente para el café instantáneo.

Antes de que la popular bebida se comercializará en todo el mundo, el café "instantáneo" soluble en agua vio la luz por primera vez en Gran Bretaña, en el Siglo XVIII. 

Hoy en día, el consumo de café está vinculado a todo tipo de resultados positivos. Pero hace un par de siglos el café estuvo relacionado a un suceso muy particular. En Public Domain Review, Matthew Green escribe sobre un hecho particular que ocurrió en 1674, año en que el café llegó a Londres:

Ninguna mujer respetable habría sido vista en un café. No pasó mucho tiempo antes de que las esposas se frustraran por la cantidad de tiempo que sus maridos estaban malgastando en las cafeterías. En 1674, año en que el resentimiento estalló en el volcán de furia que fue la Petición de las Mujeres Contra el Café. El bello sexo arremetió contra el "uso excesivo de ese abominable licor llamado CAFÉ" que, como ellas lo veían, había reducido a sus viriles hombres en holgazanes. La represalia no se hizo esperar y la respuesta de los hombres a la petición afirmó que el café, de hecho, era el viagra de la época, haciendo "la erección más vigorosa, la eyaculación más completa, añadiendo una ascendencia espiritual a los espermatozoides".

En otras palabras, las mujeres de aquella época pensaban que el café hacía a los hombres impotentes y al mismo tiempo aumentaba su capacidad para perder el tiempo. El rey Carlos II tampoco estaba satisfecho por las actividades de los hombres reunidos en los cafés para realizar debate político. Ante el temor de que este hábito se extendiera, llegó a afirmar que la venta de café, chocolate, sorbetes y té en las cafeterías o casas particulares debía ser prohibida. Sin embargo, la opinión pública lo hizo retroceder un par de días antes de que la prohibición entrara en vigor.

¿Qué te parece lo que el café provocó en ese siglo?

Fuente: http://www.bitsenimagen.com/cafe-el-viagra-del-siglo-xvii