Blanca y radiante va la novia. Cuántas veces no habremos oído este dicho, que se adapta a la gran mayoría de las bodas tradicionales. Pero, seamos sinceros, todos sabemos que el color blanco es una costumbre que tiene su origen en la pureza que se esperaba de las novias. Hoy en día eso ya forma parte de un pasado lejano, pero se sigue conservando el color blanco en la gran mayoría de las colecciones de los diseñadores de vestidos de novia. No obstante, si no deseas ser una novia típica, no dudes en buscar un traje con un toque de color. 

Tonos claros

Si no te atreves con un cambio radical, puedes decantarte por los tonos pastel, el blanco roto o el nude, que siguen siendo igualmente discretos pero no caen en el blanco de siempre. Isabel Zapardiez se decanta por vestidos con detalles glamourosos, que parecen piezas para fiestas nocturnas. Son modernos y versátiles y sobre todo muy femeninos. Si buscas algo más clásico, Oscar de la Renta propone un vestido vaporoso, con toques ligeros de azul claro.

Blanco y negro

La diseñadora Vera Wang te propone vestidos en blanco y negro realmente elegantes. Este binomio de tonos en contraste es una tendencia que está muy de moda hoy en día, y se ha transmitido incluso a los vestidos para novias. Original y sencillo, con telas lisas, resultan una alternativa muy atractiva. El vestido central, de Matilde Cano, cuenta con un estilo mucho más nacional, con la falda de vuelo y el top de encaje.

Colores Fuertes

El diseñador Jordi Dalmau siempre tiene unos modelos muy coloridos y creativos, pero son solamente aptos para las más atrevidas. Rosa, rojo y verde, en vestidos repletos de volantes y capas, con diversas texturas y tonos. La elección ideal para destacar el día más importante de tu vida.