San Francisco de Macorís.- Las penurias del Hospital San Vicente de Paul de esta ciudad es notable a diario. Los niños no se pueden vacunar por falta de jeringas.

Hoy fuimos al Hospital por la entrada a emergencias y notamos el tumulto de mujeres con niños al hombro a espera de vacunación. Vi madres sudando, otras disgustadas y preocupadas. Como curioso, fui a preguntar que sucedía y en eso preciso momento salió una enfermera y dijo, “el que quiera vacuna, debe comprar su jeringa porque no hay y todavía no han llegado”.

Qué vergüenza! ¿Qué hacer en este caso?, pregunte.

Las jeringas son vendidas en una farmacia frente al recinto hospitalario por $10 pesos. En esa fila había mujeres que no tenían los $10 pesos para comprarla. Una dijo que no tenía ni para el pasaje y que llegó caminando por que su niña necesitaba su vacuna y que iba “a esperar a ver qué pasaba.”

El problema no son los $10 pesos. Es la negligencia.

Hoy pude sentir de cerca la indigencia de un deficiente sistema de salud que carece de atenciones.

Las jeringas no son los únicos materiales que han hecho falta en este Hospital; según he escuchado, hay personas que han tenido que comprar hilos y gazas para que le cosan y curen sus heridas. Existen otros casos donde no hay material de primeros auxilios para atender un paciente.

Que lamentable y triste es ver que algo así suceda en los hospitales de nuestro país. Cosas semejantes a estas no debería suceder en un país tan rico y tan mal administrado como el nuestro.