Los presidentes de EEUU y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, han puesto fin a un paréntesis de más de medio siglo de desencuentros entre ambos países al reunirse en el marco de la Cumbre de las Américas a la que asisten en Panamá. El encuentro, calificado como histórico, se ha llevado a cabo tras las sesiones oficiales. Hasta el momento no han trascendido más detalles de la reunión entre ambos dirigentes.

Obama le dijo a su homólogo cubano antes del encuentro que "era el momento de intentar algo nuevo" en la relación de Estados Unidos con la isla caribeña. Castro, por su parte, dijo estar "dispuesto a hablar de todo" en el proceso hacia la normalización bilateral.

"Ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro", subrayó el presidente estadounidense. Según Obama, la mayoría de los estadounidenses y también de los cubanos han respondido de forma positiva al anuncio para la normalización diplomática que él y Castro hicieron en diciembre pasado. "Con el tiempo es posible que podamos pasar página y desarrollar una nueva relación entre nuestros dos países", subrayó Obama.

Obama y Castro ya habían escenificado hoy el fin de la vieja enemistad que ha venido marcando las relaciones del continente americano desde hace más de medio siglo.

Frente al resto de líderes del Hemisferio, en la primera sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas, Obama ha dicho que su país "no será prisionero del pasado" con Cuba, que es hora de "mirar hacia el futuro" y que este "momento histórico" marca un "punto de inflexión para todala región". Y aunque reconoció que existen "diferencias", se mostró convencido de que el diálogo traerá sus frutos.

Ante el mismo auditorio, el pequeño de los hermanos Castro también ha abrazado la retórica del deshielo aunque personificándola en la presidencia de Obama y sin contradecir la coartada ideológica sobre la que se ha justificado el régimen en las últimas décadas: el antiimperialismo. El proceso de normalización diplomática, insiste La Habana, no es tanto una reconciliación como una victoria ante un gigante agresor (EEUU) que ha abierto finalmente los ojos. 

"Diez presidentes antes que Obama tienen una deuda con Cuba, todos menos Obama", dijo Castro, subrayando que el actual presidente "no tiene responsabilidad de lo que pasó antes entre EEUU y Cuba" y que el embargo económico que pesa sobre la isla "está codificado en las leyes", en referencia a que Obama necesita el apoyo del Congreso para deshacer la madeja de regulaciones que conforma lo que Cuba llama "el bloqueo".

Incluso se permitió hacer una observación de barra de bar: "Según mi opinión, el presidente Obama es honesto. Admiro su origen humilde y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde", afirmó, antes de repetir que La Habana "ha expresado su gratitud por su valiente decisión de involucrarse con el Congreso en un debate" sobre el bloqueo.

En ese mismo tono, Raúl Castro, que bromeó asegurando que hablaría durante 48 minutos para compensar el tiempo que le "robaron" al no dejarle participar en las anteriores reuniones ("Ya era hora de que yo hablara aquí", arrancó), aprovechó para apoyar a "la hermana República Boliviariana de Venezuela", al "gobierno legítimo de Nicolás Maduro" y "al pueblo bolivariano y chavista que lucha por seguir su propio camino". Acto seguido, pidió que Obama "levante las sanciones" y deroge "la órden ejecutiva" firmada el mes pasado.

Finalmente, Raúl Castro pidió ayuda a los 34 mandatarios presentes para "acabar con el bloqueo comercial" y aseguró que en su país intentan "perfeccionar el socialismo", aunque dejó claro que no van a desviarse de la senda comunista. "Pese a las carencias y dificultades que tenemos, continuamos con la premisa de compartir lo que tenemos", dijo.

 

Fuente: http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-04-11/obama-eeuu-no-sera-prisionero-del-pasado-con-cuba-ni-con-la-region_757772/