PERFIL DEL PROF. FAUSTINO COLLADO

El profesor Faustino Collado tiene una sólida formación en las áreas de Economía, Ciencias Políticas, Administración Pública y Derecho, es profesor de grado y posgrado en la Sede, Recintos y Centros de la UASD, con varias especialidades y maestrías, y doctorando de la Universidad del País Vasco, España.

Faustino Collado es un investigador consagrado, parte de sus investigaciones están contenidas en sus 30 libros publicados; articulista de diarios y revistas nacionales, fue director de la Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la UASD.

Dentro de su ámbito profesional se ha desempeñado como consultor de instituciones públicas y privadas y de organismos internacionales. Llegó a ser Presidente, en representación del Estado dominicano, del Comité de Expertos de la OEA para el Seguimiento a la Aplicación de la Convención Interamericana Contra la Corrupción. Su ejercicio político, social y académico le ha generado amplios vínculos en el país y en el exterior.

El profesor Faustino Collado tiene una trayectoria uasdiana de más de 30 años; reconocido como profesional, como docente, como ciudadano, con un comportamiento ético basado en principios, tanto en su vida pública como en la privada.

Entre sus libros se encuentran:

ü Ventajas de la Descentralización para el Desarrollo (1997).

ü Retos de la Democracia (1999).

ü Gestión Pública en Santo Domingo de Guzmán (2002).

ü Conceptos fundamentales de planificación (2004).

ü Investigación Científica y Trabajo Intelectual, 2005.

ü Liderazgo de las Ideas, 2005.

ü Revolución democrática y reforma territorial (2006).

ü La UASD frente a la Investigación Científica en República Dominicana, 2007.

ü Educación Cívica, Tomos I, II, II y IV, para el bachillerato, edición Santillana.

ü Comunidades científicas, innovación y creatividad (2010).

ü Efecto Multiplicador de la Educación en el Desarrollo Humano (2012).

Expansión de la educación

La cobertura escolar ha ido aumentando en todo el mundo, especialmente en el nivel Básico. Desde 1960 la proporción que ha asistido a la escuela ha aumentado de 57% a 85%. Muchos países, incluyendo República Dominicana, han avanzado bastante en este nivel, aunque todavía en el 2015 no se alcanzará el Objetivo del Milenio de la ONU, de una cobertura de 100% en educación primaria para todos los países.

El nivel Medio ha experimentado avances notables, aunque con mayores desigualdades entre los países. En algunas zonas del mundo, especialmente en la zona desarrollada de la OCDE, más del 70% de los jóvenes entre 14 y 18 años están inscritos en secundaria, en República Dominicana es de 57%, pero en África es menos del 20% (1).

En cuanto a la educación superior, los avances son más lentos. A nivel mundial la cobertura universitaria promedio ha llegado al 27%, con más de 54% en las zonas desarrolladas, pero con 5.5% en África Subsahariana. En República Dominicana es del 33%, según el Informe de Desarrollo Humano 2010, y de 29.1 % según el Informe de la OCDE-MESCYT de 2009, pero sólo tomado en cuenta la población de 18-24 años, por lo que la tasa bruta será mayor a ese 29.1% (2).

Independientemente de las disparidades entre las diversas regiones mundiales, las estadísticas dicen que ha estado ocurriendo una democratización de la educación. Más de 1000 millones de personas están inscritas en la educación formal. En las últimas cuatro décadas las matrículas más que se han duplicado. En el caso de la educación superior las universidades se cuentan por miles. Solo el Rankings Webometrics, basado en las páginas web, toma en cuenta 12 000 universidades.

En República Dominicana a inicios de los años 60 había una sola universidad y poco más 3,000 estudiantes universitarios. Hoy día existen más de 40 instituciones de educación superior (IES) y de 400 000 estudiantes (según el MESCYT 435 153 en 2011 y 41 IES), un aumento de más de 14 000%. De esa cantidad la UASD tiene alrededor del 50%. Pero esas cifras todavía son insuficientes para nuestro desarrollo (3).

La educación superior ha marchado en el mundo desde la concentración en universidades tradicionales y en los enclaves universitarios a la regionalización y departamentalización; incluso, hay países, como Cuba y Venezuela, que se han planteado la municipalización de la educación superior.

Esa expansión es notoria en nuestro país. No solo es que las instituciones de educación superior se han multiplicado, sino que ya abarcan toda la geografía nacional. El fenómeno fue iniciado por la UASD en 1970 con la instalación de dos Centros Regionales (Barahona y San Francisco de Macorís). De dos provincias la presencia de la UASD ha pasado a 18 provincias más el Distrito Nacional. En varias de esas provincias hay presencia también de universidades privadas, y hay otras IES en otras provincias. En dos tercios de nuestras provincias hay acceso a la educación superior. Por esa razón, en República Dominicana puede hablarse de provincialización de la educación superior.

Se ha producido una democratización de la educación superior, para sectores medios y bajos, acompañada de la modalidad de la descentralización geográfica. Las estadísticas de la UASD son reveladoras al respecto.

 

La proyección de estas cifras indica que en unos años el 50% de la población estudiantil de la UASD estará en las provincias y los municipios. Otras universidades, como la UCE, PUCMM, UTESA, UTECI, ITECO, Nordestana, UAPA tienen su sede principal en provincias y no en la capital. La realidad indica que de 1970 al 2000 surgió la parte material de un sistema nacional de educación superior, que la Ley de Educación Superior No. 139-01 validó de manera formal, dentro del cual la UASD se erige, con protagonismo originario, como el soporte principal de dicho sistema, como lo reconoce el artículo 1 de su Estatuto Orgánico.

Esta amplia distribución geográfica de la educación superior es una variable favorable para el desarrollo nacional, que empuja la igualdad de oportunidades y el equilibrio territorial del desarrollo, pues hasta ahora una característica del desarrollo desigual o del subdesarrollo, como muy bien apuntan Sunkel y Paz (1981) para el caso latinoamericano, es el centralismo de los grandes centros urbanos, y específicamente de las ciudades capitales, que concentran las finanzas, el empleo y la cultura, por lo que llegan a hablar de dos países dentro de un solo país (4).

Pero ese positivo fenómeno de las últimas décadas, sin entrar a considerar por ahora el tema de la calidad, se está viendo obstruido por dos fenómenos, uno poblacional y otro administrativo, que amenazan con su estancamiento, en perjuicio de la promoción social y el bienestar en los municipios, provincias y regiones.

Crecimiento poblacional vs. crecimiento matrícula educativa

República Dominicana ha entrado dentro del grupo de países que han experimentado una disminución continua de la tasa natural de crecimiento poblacional. En crecimiento poblacional nos estamos comportando como si fuéramos un país desarrollado, donde la tasa de crecimiento anual ronda el 1% y hacia la baja, incluyendo países con crecimiento cero o negativo, como Japón, Alemania, Hungría y Lituania. 

Incluso, de acuerdo al Censo Nacional de 2010, hay 10 provincias donde la población disminuyó en los últimos 10 años. Entre esas provincias están Monseñor Nouel, Hato Mayor, Santiago Rodríguez, San Juan de la Maguana y San Pedro de Macorís. Pero existen 11 provincias más donde el crecimiento poblacional está por debajo del 0.5% anual. Entre esas están La Vega, Valverde, Puerto Plata, María Trinidad Sánchez y la provincia Duarte, donde está el Centro más poblado de la UASD (5).

En términos educativos esto significa que en el primer grado de nuestras escuelas entran cada vez menos estudiantes en términos relativos, en algunos casos también en términos absolutos. Y así va a ir sucediendo en los grados siguientes, a menos que no existan políticas deliberadas del Estado para incorporar a miles de estudiantes, incluyendo muchos adultos, que están fuera de las escuelas por muchas razones.


Cuando se consultan las estadísticas educativas del Ministerio de Educación se ve claramente que, por ejemplo, la población estudiantil de secundaria casi no crece. Así, para el año escolar 2006-2007 había 557, 237 estudiantes en secundaria, y dos años después, para el año escolar 2008-2009, había 574, 777, menos de 10, 000 estudiantes nuevos por año. A este fenómeno de bajo crecimiento de la inscripción se agrega la deserción de miles de jóvenes que se ven obligados a abandonar las aulas para trabajar y ayudar a sus familias, así como para emigrar a otros países (6).

En 10 de 18 provincias en donde la UASD tiene presencia la población no crece o casi no crece. Esta es la explicación de porqué la población estudiantil en los Centros Universitarios de más antigüedad la UASD se mantiene estancada, disminuye o crece muy poco. El crecimiento cuantitativo de la UASD, que ha sido significativo desde 1990 se ha basado en la expansión geográfica, pero no en el crecimiento de los Centros ya instalados. Por esta razón, el Consejo Universitario de la UASD que ha aprobado que para llegar a ser Recinto un Centro Universitario debe tener una población estudiantil de 12, 000 personas, lo que en más de 20 años la mayoría de los Centros no han logrado y nunca van a lograr por el fenómeno ya analizado, debe reflexionar al respecto. Además, porque la proliferación de centros universitarios públicos y privados en más de 20 provincias hace innecesario que los jóvenes de una provincia se trasladen a otra o a la capital, como era hace unas décadas, tomando en cuenta que todas nuestras universidades, recintos y centros ofrecen las mismas carreras, una evidencia de nuestra falta de planificación educativa y del desarrollo nacional.

Esta situación plantea que los Centros Universitarios de la UASD deben cambiar su estrategia de desarrollo, que se ha basado en crecer cuantitativamente y en el número de carreras que ofrecen. Cambiar la cantidad por la calidad debe ser la nueva visión. Alcanzar el prestigio académico en el área profesional más necesaria para el desarrollo de la provincia y la región, debe ser ahora el sello distintivo de cada institución.

La población estudiantil en la Sede Central, sin embargo, es previsible que siga creciendo, al beneficiarse la zona metropolitana, que ya tiene más de una tercera parte de la población del país, del fenómeno de la inmigración. En la actualidad, de acuerdo al Censo Nacional de Población y Vivienda 2010, cuatro demarcaciones: Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago y San Cristóbal, concentran la mitad de la población nacional; y diez provincias (Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal, La Vega, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Duarte, La Altagracia, La Romana) tienen el 70% de la población del país. Sin tomar en cuenta esta distribución poblacional, que va a seguir esa misma tendencia de concentración, así como el lento crecimiento natural, no es posible elaborar políticas y reglamentaciones educativas.

En el Plan Decenal de Educación Superior 2008-2018 el MESCYT establece la meta de propiciar una participación de un 50% de la cohorte 18-24 años en la educación universitaria, sin embargo, el Informe sobre la Educación Superior Dominicana, de la OCDE, no es tan optimista, y estima un crecimiento para 2018 de 35 %, que es un crecimiento de 2.3% anual, unos 9,500 nuevos estudiantes anuales, en promedio, para todo el sistema de 41 instituciones educativas, que evidentemente es muy bajo, lo que apoya los juicios que estamos desarrollando en este trabajo (7).